Los pueblos originarios estaban agradecidos de las zonas geográficas donde la naturaleza fue y es, a la vez, castigadora de los seres humanos con sus volcanes y erupciones que arrasan, con glaciales, ríos que se desbordan, con terremotos y maremotos que cambian el relieve, pero también fue y es generosa y abundante en bosque, con variados animales, frutos, semillas, aves, ríos y océanos. Sin duda los mapuches, pehuenche y huilliches aprendieron a convivir con la naturaleza, protegiéndose en sus creencias frente a las calamidades y tomando lo que ella les daba para su subsistencia y reproducción.
Toda esta gran vida les empezó a cambiar a los pueblos originarios, esto ocurrió con la primera expedición, con la llegada de los españoles, al territorio mapuche, a través de la expedición liderada de Diego de Almagro en 1536, y la fundación de la ciudad de Concepción, así la vida les cambio a los habitantes originarios. Los españoles que llegaron vinieron a quedarse con las tierras, por lo tanto a conquistar y a someter a los habitantes originarios. A Diego de Almagro no le gusto lo que vio y se fue… porque él solamente buscaba oro. Este fue el gran “descubridor de Chile” que vino desde el Norte Incaico y no obtuvo los mejores resultados que esperaba. Fue así como Pedro de Valdivia intentaría nuevamente conquistar las tierras a sur del continente. Después de grandes batallas apareció otro escuadrón de indígenas diezmando las tropas españolas y haciendo que Valdivia ordenara la retirada. Sin embargo, Lautaro logró tomar prisionero a Valdivia y luego lo mato.
Esta nueva derrota de las armas españolas significo la expulsión de los españoles de la Araucanía, o sea, de los territorios comprendidos entre el rio Toltén por el sur hasta el rio Bío-Bío por el norte y con ello la perdida y destrucción de las ciudades fundadas por Pedro de Valdivia.
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